Sí, lo digo por el mueblecito, y por la dueña también.
Porque a pesar de que la señorita se fue a estudiar a La Plata (por eso me encargó esta mesa de luz), para mí siempre será la niñita que se disfrazaba conmigo, y con la que pasábamos horas poniendo diminutos muñequitos en fila.
En fin, "nena", tu mesa de luz está lista. ¿te gusta?
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