Nos guste o no, nos parezca buena o no, siempre nos dice algo...
Generalmente identificamos estas emociones relacionándolas con el tema de la pintura, pero... ¿qué pasa cuando miramos un cuadro abstracto? Nuestro raciocinio se aparta, para dejar lugar a sensaciones que no sabemos de donde vienen. Y es que el color habla, pero tiene su propio idioma...
Un lenguaje rico, pleno de metáforas, capaz de transmitir amor, dolor, tristeza, pasión, temor. Si comprendemos este lenguaje, podremos crear obras mucho más ricas en significado, más potentes, más directas, ya que el color le habla al inconsciente del espectador.
Aquí un pequeño apunte para quienes no conocen los basamentos de la teoría del color: a partir de aquí se puede seguir investigando!!
Fuente: Revista "Pintura sobre madera" Plena
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